Un Celda Del Tamaño De Una Pila AA Que Contiene Algas Generó Energía Para Alimentar Un Microprocesador A Lo Largo De Un Año - BioEconomia

2022-09-24 06:53:02 By : Ms. Emily Yang

Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han utilizado un dispositivo que contiene una especie extendida de algas verdeazuladas y utiliza solamente luz ambiental y agua para alimentar un microprocesador de forma continua durante un año y utilizando nada más que luz ambiental y agua.

El sistema tiene potencial como una forma confiable y renovable de alimentar dispositivos pequeños y es comparable en tamaño a una pila AA. Pero a diferencia de las pilas, el sistema genera su propia energía en lugar de almacenarla, lo que evita que se agote.

El dispositivo contiene un tipo de alga no tóxica llamada Synechocystis que naturalmente recolecta energía del sol a través de la fotosíntesis. La pequeña corriente eléctrica que genera interactúa con un electrodo de aluminio y genera la potencia necesaria para alimentar un microprocesador.

El dispositivo está fabricado con materiales comunes, económicos y en gran parte reciclables. Esto significa que podría replicarse fácilmente cientos de miles de veces para alimentar una gran cantidad de dispositivos pequeños como parte del Internet de las cosas.

Los investigadores dicen que es probable que sea más útil en situaciones fuera de la red o en ubicaciones remotas, donde pequeñas cantidades de energía pueden ser muy beneficiosas.

“El creciente Internet de las cosas necesita una cantidad cada vez mayor de energía, y creemos que tendrá que provenir de sistemas que puedan generar energía, en lugar de simplemente almacenarla como baterías”, dijo el profesor Christopher Howe del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambridge, coautor principal del artículo.

Howe dijo que «Nuestro dispositivo fotosintético no se agota como lo hace una batería porque usa continuamente la luz como fuente de energía».

En el experimento, el dispositivo se usó para alimentar un microprocesador Arm Cortex M0+, que es ampliamente utilizado en los dispositivos de Internet de las cosas. Operó en un ambiente doméstico y en condiciones semiexteriores con luz natural y fluctuaciones de temperatura asociadas, y luego de seis meses de producción continua de energía, los resultados se enviaron para su publicación.

El estudio fue publicado en la revista Energy & Environmental Science.

«Nos impresionó la consistencia con la que funcionó el sistema durante un largo período de tiempo; pensamos que podría detenerse después de unas pocas semanas, pero siguió funcionando», dijo el Dr. Paolo Bombelli, del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambridge, primer autor del estudio.

El alga no necesita alimentación, ya que crea su propio alimento a medida que realiza la fotosíntesis. Y a pesar de que la fotosíntesis requiere luz, el dispositivo puede incluso seguir produciendo energía durante los períodos de oscuridad. Los investigadores creen que esto se debe a que las algas procesan parte de su comida cuando no hay luz, y esto continúa generando una corriente eléctrica.

El Internet de las cosas es una vasta y creciente red de dispositivos electrónicos, cada uno de los cuales usa solo una pequeña cantidad de energía, que recopila y comparte datos en tiempo real a través de Internet. Usando chips de computadora de bajo costo y redes inalámbricas, muchos miles de millones de dispositivos son parte de esta red, desde relojes inteligentes hasta sensores de temperatura en centrales eléctricas. Se espera que esta cifra aumente a un billón de dispositivos (Un trillón en nomenclatura anglosajona) para 2035, lo que requerirá una gran cantidad de fuentes de energía portátiles.

Los investigadores dicen que alimentar billones de dispositivos de Internet de las cosas con baterías de iones de litio no sería práctico: se necesitaría tres veces más litio del que se produce en todo el mundo anualmente. Y los dispositivos fotovoltaicos tradicionales se fabrican con materiales peligrosos que tienen efectos ambientales adversos.

El trabajo fue una colaboración entre la Universidad de Cambridge y Arm, una empresa líder en el diseño de microprocesadores. Arm Research desarrolló el chip de prueba ultraeficiente Arm Cortex M0+, construyó la placa y configuró la interfaz de nube de recopilación de datos presentada en los experimentos.

La investigación fue financiada por el Centro Nacional de Innovación de Biopelículas.

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